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Tronc de Nadal

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En la comarca del Matarraña perduran tradiciones antiquísimas del pasado cultural común en varias regiones del suroeste europeo. Quizá una de las tradiciones más atípicas para los foráneos es el curioso rito de El Tronc de Nadal. 

Si no tienes ni idea de qué es este personaje navideño o quieres conocer más acerca de su origen y características, quédate unos minutos para disfrutar de una lectura muy entretenida. ¡Qué si no te quedas te daremos con el bastón! 

El Tronc de Nadal

El Tronc de Nadal o Tió de Nadal, traducido “Tronco de Navidad”, es una tradición muy arraigada en Cataluña, Andorra, zonas de Aragón y de la Provenza.

Es un tronco de madera al que se le da apariencia humanoide para que así dé la sensación de estar vivo. Esta escenificación permite que en el imaginario de los niños el tronco se convierta en un ser mágico.

Su nomenclatura más extendida es «Tió de Nadal» y hace referencia al tizón (madero quemado); recordemos que francés, aragonés o catalán son evoluciones del latín y de las lenguas vernáculas locales por lo que es habitual encontrar semejanzas en el vocabulario.

Aunque puede variar en cada casa, lo común es ponerle «piernas» (suelen ser otros palos de madera) y así aprovechar para alzar un lado del tronco. En las piernas se le pueden vestir calcetines, zapatos o dejar al desnudo la madera.

En la parte alzada del tronco se crea la «cara» del ser mágico. Normalmente se le pintan ojos, boca y otros rasgos faciales. También es usual pegar un pequeño trozo de madera para hacer las funciones de «nariz». En muchos hogares, esta nariz se pinta de rojo (sí, como los renos de Papa Noel).

El Tronc de Nadal es un ser afable y que trae regalos a los niños por lo que tenéis que decorar su cara con expresiones alegres

Las prendas tradicionales son la barretina, que es una boina roja que cubre su «cabeza» y una manta roja con la que cubrimos el «cuerpo» del Tronc de Nadal.

Estos colores son los que más se utilizan pero en vuestra casa podéis usar aquellas prendas y mantas que tengáis disponibles.

Lo importante es la ilusión que tienen los niños por cuidar al tronco para que les traiga regalitos.

El tronco de Navidad está cubierto con una manta porque lo vamos a cuidar en una de las épocas más frías del año, el mes de diciembre.

En concreto, los niños van a poder empezar a compartir su casa con este simpático ser navideño a partir del día 8 de diciembre

Es decir, habremos de marcar en nuestro calendario el día de la Inmaculada Concepción (designado así en el santoral cristiano por ser 9 meses antes del nacimiento de la Virgen María).

Son los niños y niñas de la casa quiénes le dan de comer lo que ha ido sobrando de sus platos (buena excusa para dejarse algo).

Tradicionalmente se cuenta que al Tronc de Nadal le gusta comer lo mismo que a los animales de granja: frutas, verduras, hortalizas, algarrobo, cáscaras, restos, etc

Hoy en día se le da lo que se quiere en cada casa. La finalidad es alimentar a nuestro mágico visitante para que, pasados unos días, empiece a transformar esa comida en obsequios navideños.

Spoiler para los mayores: El Tronc de Nadal no se come la comida por lo que cada noche tendremos que retirarla cuando no nos vean los peques o se vayan a dormir.

En primer lugar, hemos de saber que el tronco de Navidad no trae regalos, si no que los defeca. La mística reside en que este ser de madera come unas cosas y luego las transforma con su digestión en otras cosas. 

La tradición popular nos ubica en la noche antes de Navidad (la noche del 24 al 25 de diciembre, es decir, en Nochebuena). Aunque puede hacerse cuando se quiera en cada casa, lo habitual es hacerlo en esa noche. 

Hay familias que prefieren separar la llegada de Papa Noel con los obsequios del tronco navideño y lo hacen cualquier otra noche en las festividades. 

Sin duda un momento genial es la noche en que las familias se juntan, así los niños están con primos y amigos. Por ello, Nochebuena suele ser ideal para realizar el ritual todos juntos.

Los obsequios materiales suelen ser regalos muy baratos (como en el amigo invisible) y también caga dulces para los niños y bebidas como el vino para los adultos de la casa.

Entre las heces mágicas suele triunfar la excreción de golosinas, figuras para decorar los belenes navideños y algunos juguetes sencillos como peonzas.

Aunque ciñéndonos a la tradición el Tió de Nadal trae cosas para comer y beber: turrones, vino, higos secos, polvorones, orejones, etc.

Así es, en el noreste de España tenemos varias tradiciones con este tipo de elementos escatológicos: el tió de Nadal, el caganer, el tragachicos,…

Con el Tronc de Nadal se genera una curiosa alquimia en la que toda la comida que se le ha estado dando durante los días anteriores es mágicamente transformada en heces fantásticas: alimentos, regalos y bebidas.

La tradición nos transmite que ese momento de defecar se genera a raíz de unas canciones populares que obran el milagro.

Por supuesto, si no el acto mágico de la metamorfosis navideña no tendrá lugar.

Los niños y mayores se reúnen alrededor del tronco navideño y cogen un bastón, garrote o caña. Mientras se le dan golpes con el palo, se cantan canciones tradicionales.

Es entonces cuando el tronco navideño empieza a cagar los obsequios.

En algunos lugares para indicar que ya no va a cagar más regalos suele aparecer un alimento muy salado, un ajo o una cebolla.

Para indicar que ya no quieren a la mierda, nada más, caga un arenque muy salado, de ajo, de cebolla, o incluso orina.

La manta que tiene el Tió de Nadal es la clave.

Lo que se hace es meter los obsequios debajo de la manta cuando los niños no miran. Para que los niños no se enteren del truco hay varias estrategias que funcionan muy bien.

La jugada es sacar a los niños de la habitación con el pretexto de que dejen descansar al Tió de Nadal un rato para que pueda volver a cagar regalos.

En algunas casas se les indica a los niños que han de mojar el palo para que funcione la canción. En otras se les dices que tienen que calentar el palo. 

En definitiva, las argucias para alejar a los niños del tronco navideño y reponer los regalos también son una parte muy divertida de vivir la experiencia siendo mayores. 

Hay muchas canciones para realizar la actividad del «Caga tió». Os dejamos algunas de las más comunes, aunque suelen variar según la localidad en la que se realiza la tradición.

Canción 1

Caga, tió

ametlles i torró
no caguis arengades
que són massa salades
caga torrons
que són més bons
Caga, tió
ametlles i torró
si no vols cagar
et donaré un cop de bastó
Caga, tió!

Caga, tizón
almendras y turrón
no cagues arenques
que son demasiado salados
caga turrones
que son más ricos
caga, tizón
almendras y turrón
si no quieres cagar
te daré un bastonazo

¡Caga, tizón!

Canción 2

Güen tizón, güen barón, güena casa, güena brasa, que Dios mantenga a paz en ista casa y en toz os que i son
 
Buen tizón, buen varón, buena casa, buena brasa, que Dios mantenga la paz en esta casa y en todos los que están (en ella)
 

Canción 3

Tronc de Nadal, caga torrons, pixa vi blanc. Parenostre del tió, bon Nadal que Déu nós do. Ara venen festes, festes glorioses, dones curioses, agraneu casa, renteu lo tinell que Nadal s’apropa, menjarem coquetes, torrons d’avellana, torrons de ‘quicó’, caga tió si no et dono un cop de bastó!

Tronco de Navidad, caga turrones, meja vino blanco. Padrenuestro del tió, feliz Navidad que Dios nos don. Ahora vienen fiestas, fiestas gloriosas, mujeres curiosas, encienda casa, lavar la tinaja que Navidad se acerca, comeremos coquetas, turrones de avellana, turrones de ‘quicón’, caga tió si no… ¡te doy un golpe de bastón!

El Tió de Nadal es una tradición catalana y aragonesa que cuenta con cientos de años de historia. Está profundamente arraigada en los pueblos y en el ámbito rural de estas zonas. 

Estamos ante un rito precristiano  que estaba relacionado con la naturaleza y el solsticio de invierno, ya que por estas fechas, se quemaba un tronco grueso en la chimenea u hogar de las casas para que diera calor.

Tradición en Francia

El libro «El Tió de Nadal: orígens i tradició» de Josep Fornés y García, explica una costumbre francesa de quemar un tronco de Navidad hasta la noche de los Reyes.

El tronco se conservaba todo el año en casa como amuleto para proteger a los animales, el campo y contra las enfermedades.

Esos documentos nos permiten concluir que la práctica de quemar el tió de Nadal lleva varios siglos extendida en la Occitania rural.

Leyenda en el Penedès

Uno de los lugares más probables del origen del Tió de Nadal es la comarca del Penedès.

Más específicamente en una masía en Sant Quintí de Mediona. Cuenta la leyenda que un tronco de Navidad parlante apareció en la chimenea.

Este tronco les dijo a los habitantes de la casa que al día siguiente una mendiga aparecería en la puerta de la casa y que deberían entregarle todo aquello que les pidiese.

Al día siguiente, apareció la mendiga y les dieron todo aquello que pidió.

Tras ese día, esta familia y sus descendientes tuvieron gran fortuna y nunca les faltó de nada.

La historia se hizo popular y cobró forma en la tradición que hoy en día celebramos.

El origen de el Tió de Nadal en Belén

Otra versión nos cuenta que el origen del tronco cagador se remonta a lo largo de siglos hasta llegar al nacimiento del niño Jesús de Nazaret.

La leyenda explica que algunos pastores muy humildes se acercaron a saludar al niño dios y como no tenían nada de valor, le dieron de regalo la comida que tenían en sus zurrones.

Ante tal acto de generosidad, se obró el milagro. Al volver los pastorcillos a su casa, la encontraron llena de viandas que salían de un tronco mágico.

Otras versiones

Si conoces otra versión del origen del Tronc de Nadal puedes compartirla con nosotros cuando visites nuestro hotel. ¡Estamos deseando conocerla!

«En la tradición del Tronc de Nadal, los niños golpean con un garrote a un tronco navideño mientras cantan canciones pidiendo regalos. Y el leño mágico defeca los obsequios que piden los niños»

Valor de la tradición cultural

Las tradiciones culturales de cada zona son un vestigio que nos habla de nuestras generaciones antecesoras y de sus costumbres. 

El Tió de Nadal nos refiere a tiempos en los que zonas de Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andorra, regiones de Francia e Italia compartían cultos y tradiciones.

El simbolismo de esta actividad es el compromiso y la responsabilidad. Los niños aprenden a cuidar del tronco navideño entendiendo que éste ha aparecido en sus casas para cobijarse del frío invierno.

A cambio de darle cuidados y alimento, el Tronc de Nadal recompensa a los pequeños con obsequios humildes. Si el Tronc de Nadal no cumple su parte en el acuerdo los niños se lían a garrotazos con el tronco de madera.  

Realizar la actividad en familia es un rasgo característico del rito, que nutre de valores muy útiles para la vida. Ser justo, responsable y atento con los demás te dará su recompensa, pero no una gratificación material extraordinaria, si no algo más útil puesto que el premio es el aprendizaje.

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